Reciben José Roberto López y Kazuki Ito Cervera, el Premio Gilberto Owen 2025
Publicado elEl Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen, dotado con 125 mil pesos y diploma para cada categoría, poesía y cuento, fue entregado en el Centro Sinaloa de las Artes Centenario.


“El Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen representa nuestro anclaje con la tradición literaria mexicana, y es nuestra conexión con la literatura joven, pues la mayoría de los escritores que lo ganan son gente joven”, dijo el Dr. Juan Salvador Avilés Ochoa, al entregar dicho galardón a José Roberto López Martínez y a Kazuki Alberto Ito Cervera, ganadores en poesía y cuento, respectivamente.
El importante galardón, dotado con 125 mil pesos y diploma, para cada uno, fue entregado en el Centro Sinaloa de las Artes Centenario, y fue entregado por el director general del Instituto Sinaloense de Cultura, a nombre del gobernador Rubén Rocha Moya, y por la escritora Ernestina Yépiz, directora de Literatura y Publicaciones del ISIC, con la presencia de los creadores seleccionados.
Avilés Ochoa agregó que, mantener este Premio
“es robustecer una tradición, ya que el Premio ha rebasado las 30 ediciones; también es otra manera de interactuar con los escritores sinaloenses que lo ven como un estímulo, pero es sobre todo una de nuestras apuestas por mantener vigente la promoción de la obra del poeta Gilberto Owen”.
Y aclaró.
“No es que la obra de Owen nos necesite para trascender; es una lucha que, a juzgar por la devoción con que se lee, es una lucha que incorpora cada vez más lectores; todos los escritores que se han parado aquí, a recoger este Premio, han tenido palabras de elogio para su obra, y no lo hacen por mera cortesía, sino que sus palabras nacen de una lectura atenta de sus libros como Perseo vencido, aunque también escribió novela, ubicándose como un escritor de vanguardia”.
A su vez, Kazuki Alberto Ito Cervera, de León Guanajuato, expresó que
“no podría sentirme más honrado que al recibir este Premio, que creí imposible de ganar, pues los dos elementos más intimidantes que miré, más allá de su prestigio, eran la palabra nacional y el nombre de un escritor canónico de nuestra tradición literaria del siglo 20, como es Gilberto Owen”.
Tras verter los agradecimientos de rigor, dijo que el título de su libro, Todos los tipos jóvenes, remite a una canción de David Bowie (“All the Young Dudes”) para la banda Mott the Hoople, que espera que llegue al mayor número de lectores y que, al igual que en la canción, vean en estos personajes a unos cándidos jóvenes siendo rebasados por una realidad violenta y hostil como la que vivimos.
Por su parte, José Roberto López Martínez, de Monterrey, ganador en Poesía con el libro Nociones de la luz, narró sus orígenes en esta disciplina. Comentó que recibir este Premio, uno de los más importantes de México, es un verdadero honor y un motivo de gran alegría, pues confirma que el camino que siguió no era errado y que la literatura producida en el noreste del país ha traspasado fronteras.
“Yo que leía los libros de los autores ganadores, hoy me siento honrado de compartirlo con ellos”, dijo, y agradeció a quienes lo hacen posible a la vez que hizo un llamado a otras instituciones de cultura del país “a instaurar premios como este, si no los tienen, o a retomarlos, si los han dejado, pues cuando existen premios con una tradición tan amplia como este, no solo se conserva viva la memoria de los autores que nos anteceden, sino que motiva a los nuevos autores a que sigan creando”.
Ernestina Yépiz leyó las actas de los jurados, y dijo que en cuento se recibieron 88 propuestas de las cuales, el jurado integrado por Ana Clavel, Ave Barrera y Sergio Ceyca, seleccionó el libro Todos los tipos jóvenes, de Ito Cervera, “por la coherencia narrativa que articula todo el conjunto: los mismos personajes en distintos relatos, lo que permite construir un universo compartido”.
En Poesía fueron 104 trabajos, y el jurado integrado por Mikeas Sánchez, Eduardo Saravia y Sara Uribe, seleccionó por unanimidad el libro Nociones de la luz, de José Roberto López, pues “condensa una exploración poética de la luz en destellos rítmicos y con la creación de atmósferas y paisajes que proponen un desciframiento y rearticulación del sentido como tarea conjunta de producción de significados; la obra también propone una reflexión sobre el cuerpo y la carne tras un rompimiento afectivo, así como la aparición del miedo, del vértigo y la vulnerabilidad”.
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